Como ya comenté en líneas anteriores no es habitual que una persona llegue a la consulta para trabajarse el pesimismo. De hecho, muchas personas pesimistas se refieren a sí mismas como “realistas bien informadas” o justificando que un poco de pesimismo es bueno, porque después, si las cosas salen bien, se llevan una grata sorpresa. Así que no siempre es fácil detectar el pesimismo en la entrevista, pero ya en la primera sesión se puede ver esta tendencia. En ocasiones, medio en broma medio en serio, le digo a mis compañeras que no voy a pasar consulta a nadie pesimista, porque no se fijan en el trabajo alcanzado ni nunca es suficientemente bueno, y acompañar en el proceso de evolución a estos pacientes se hace energéticamente más duro.

En el caso de que la persona se muestre claramente pesimista desde el inicio del trabajo suelo recurrir a un remedio unicista, es decir, le doy un preparado floral únicamente con Gentian para que se lo tome a parte del o los preparados propios del proceso. Esta manera de prescribir tiene como intención que, desde el principio, se aborde el trabajo con la esencia Gentian de manera directa y constante y, generalmente, mantengo esta toma unicista hasta que la persona da muestras de abandonar el hábito emocional y mental del pesimismo. En ese momento incorporo la esencia floral al trabajo habitual.

En mi experiencia en consulta la esencia floral Gentian funciona “lenta pero segura”, por lo que al inicio, en las primeras sesiones, pudiera parecer que la persona no nota ningún efecto. No hay que preocuparse ni alarmarse. La esencia está haciendo su trabajo en el plano inconsciente y, llegado el momento, todo ese proceso se hará consciente y la persona no tendrá más remedio que aceptar que parece que se siente menos pesimista (más optimista). Poco a poco, el miedo al fracaso desaparece y surge la comprensión de que el fracaso no solo no existe sino que es siempre oportunidad de aprendizaje. La frustración se convertirá en determinación, la pasividad en acción, el miedo en atrevimiento y la visión pesimista de la vida en optimismo.

Cualquiera que lea estas líneas y no sea usuario de las Flores de Bach pensará que o bien son una flores milagrosas o los terapeutas estamos locos y, ciertamente, algo de ambas cosas hay. Hablando en serio, las esencias florales son así de efectivas, siempre y cuando se haga un proceso adecuado. A lo largo de los años acompañando a mi profesor y mentor Luis Jiménez le escuché decir innumerables veces: “una cosa es dar flores y otra diferente es hacer Terapia floral”. Y en esta frase se encierra uno de los secretos de la eficacia de las Flores de Bach. No basta con tomarse unas esencias florales tal y como algunas personas lo piensan y lo venden, ya sea en farmacias o por quienes se dicen terapeutas florales sin serlo; es necesario un proceso terapéutico en toda regla en el que no se toman flores porque se trata un síntoma, sino porque se trabaja con la causa profunda que está detrás del síntoma. Desgraciadamente, como en cualquier profesión, siempre hay personas ignorantes o faltas de ética que se dedican a lo que no saben, dando mala reputación a algo tan eficaz y especial como es la Terapia Floral.

No quiero acabar este párrafo de manera pesimista, vuelvo a la esencia floral y sigo contando. La esencia Gentian, en mi experiencia profesional, la suelen necesitar algo más de la mitad de los pacientes, por lo que su uso es bastante común. En ocasiones se utiliza para tratar un estado pasajero, consecuencia de las circunstancias que el paciente esté viviendo en ese momento, otras veces se usa para trabajar el aspecto pesimista de personalidad, con lo que la toma de la esencia se puede prolongar desde el inicio al fin del proceso. No hay que tener miedo a mantener una esencia floral a lo largo de todas las sesiones, las esencias hacen su trabajo a su ritmo en sinergia con la persona y el terapeuta ha de dejarlas realizar su proceso. Aprovecho para relatar una anécdota que el maestro Eduardo Grecco cuenta algunas veces. Estaba él en un congreso de médicos y uno de ellos, con ánimo de “tocar los códigos” se le acercó y le preguntó:

– ¿No es cierto, Eduardo, que las Flores de Bach funcionan por sugestión?

A lo que él respondió con total tranquilidad:

– Cierto, las Flores de Bach funcionan por su gestión.

Y, supongo, que el médico se quedaría con un palmo de narices ante la ingeniosa y verdadera respuesta de Eduardo Grecco.

Las esencias funcionan por “su gestión” y el terapeuta ha de dejarlas trabajar a su ritmo y a su modo, con el apoyo de un trabajo terapéutico profesional.

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